Equinoccio de primavera en Dzibilchaltún
Los antiguos pueblos originarios de Yucatán fueron expertos astrónomos. Observaron de manera constante los astros y lograron crear calendarios precisos, en los que podían guiarse para los cambios estacionales.
La pirámide de Kukulcán, que se localiza en la zona arqueológica de Chichén Itzá, es una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno y también es el “calendario” más grande en el mundo, que cada año en los equinoccios de primavera y otoño ofrece uno de los espectáculos de luz arqueo-astronómicos más impresionantes.
No obstante, Chichén Itzá no es el único sitio arqueológico en Yucatán donde se puede apreciar este tipo de espectáculo de luces y sombras. En la zona arqueológica de Dzibilchaltún, donde el Dios Kin entra al Templo de las Siete Muñecas, también se disfruta del fenómeno natural que los mayas y su arquitectura heredaron al mundo.
*La Estela 19 está considerada como una verdadera obra maestra.
*Ahí se reúne, en un solo sitio, una ciudad prehispánica, un parque eco-arqueológico y el Museo del Pueblo Maya.
*El fenómeno de luz y sombra en los equinoccios de primavera y otoño fue redescubierto alrededor de 1985 por el arqueólogo Víctor Segovia Pinto.
*Hay un cenote abierto de aguas limpias; el Cenote Xlacah, una formación geológica cuya antigüedad ronda los dos millones de años.
*El tzompantli (hilera de cráneos) fue una plataforma donde se colocaban los cráneos de las víctimas sacrificadas en rituales.
*El Castillo se construyó sobre otra estructura idéntica pero de menor tamaño, la cual guarda en su interior la escultura de un jaguar pintada en color rojo y con incrustaciones de jade que simulan las manchas de este felino.
(Fotos: cortesía Sefotur Yucatán)



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